Trasfondo n º 110
La Cruz de la Plaza desde otra perspectiva, en otro año sin Coronavirus, por Ricardo López Rubio.
Han pasado unos meses desde el aterrizaje del Coronavirus por nuestra geografía. Unos meses duros para todos. Un cambio significativo en nuestras vidas. Un impacto fuerte que nos dejará secuelas.
Pero tras encajar el golpe, es el momento de volver a repensarnos y de ponernos manos a la obra.
Nos enfrentamos a la misma realidad de antes pero con nuevas circunstancias. Lo único que ha podido cambiar es cómo lo percibimos.
Llevamos muchos trasfondos hablando de lo importante que es para nosotros el bien común, la responsabilidad individual, la suma de aportaciones de todos.
También llevamos muchos trasfondos tratando de comunicar lo importante que es, para nosotros, que, como comunidad, sepamos adónde queremos ir, cómo, cuándo y de qué manera.
Estamos un poco cansados de que la realidad no cambie, pero no nos cansamos de aportar nuestro granito de arena.
Somos lo suficientemente fuertes como para plantearnos cambiar cosas de nuestra realidad que queremos cambiar. Creemos que lo hemos demostrado en estos meses de confinamiento.
Sin embargo, nos falta aún ser más cívicos, más respetuosos, más solidarios, más educados, más amables para ir cambiando las cosas. Ha sido salir del confinamiento y volver a recuperar situaciones que los más ilusos creíamos que cambiarían con esta prueba que el virus nos ha brindado.
Nos falta desarrollar nuestras habilidades personales, y hacerlo desde los valores.
Si no somos capaces de respetarnos cada uno, ¿Cómo vamos a respetar a los demás? Si no somos capaces de asumir nuestras responsabilidades, ¿Cómo es posible que les dictemos a los demás que es lo que tienen que hacer? Si no somos capaces de ver lo que nos sucede con un poco de misericordia, ¿Cómo vamos a ser capaces de poner en la piel de los demás y tener un poco de empatía? Si no somos capaces de hacer frente a los retos que nos pone la vida, a cada uno, por delante, ¿Cómo vamos a ser capaces de crear un plan para que mejoremos como comunidad?
Hay buenas noticias, si al menos lo intentamos, las cosas empiezan a cambiar. Uno es más que cero.
Nos falta tener conciencia de que vivimos en comunidad, que esta comunidad tiene muchos y muy interesantes y muy potentes miembros, diversos, capaces. Que somos capaces de ponernos de acuerdo y de analizar la realidad con profundidad, desde puntos de vista distintos, enriqueciendo el diálogo necesario que se necesita para poder afrontar cuestiones que nos incumben a todos. Que es necesaria la participación, entendiéndola como la suma de acciones que construyan y que aporten, partiendo de que todos somos dignos de ser considerados parte en dicha participación, ya que, cada uno, aportamos algo y somos necesarios.
Sin embargo, el panorama del que disponemos actualmente, aunque puede resultar esperanzador, resulta algo exasperante. Parece una tarea inacabada e inacabable, y eso que, apenas, hemos comenzado.
Tenemos una representación política local poco unida, que lucha desde sus atalayas, enfrentada por posiciones ideológicas que están bien como punto de partida, pero que carecen de sentido si no permiten el bien común, el diálogo y el entendimiento. Un símbolo de cómo nos vemos y convivimos en Aljucer.
Ojalá contáramos con un grupo fuerte de representantes, unido en la diversidad, trabajando y abordando las problemáticas de nuestra comunidad como uno, pero aportando sus distintos puntos de vista.
Ojalá supiéramos, los vecinos, atender a las necesidades reales de este lugar y sus gentes, ojalá hiciéramos juntos el análisis y fuéramos conscientes de nuestra propia realidad y buscáramos situaciones posibles, consensuadas, a nuestros desafíos.
Ojalá pusiéramos de nuestra parte, cada uno, para contribuir con todos los gestos pequeños, individuales, que son necesarios para poder cambiar las cosas de forma más global. Todos podemos aportar, todos podemos contribuir. Si no sabes qué, sigue buscando, seguro que encuentras tu talento o tus talentos, el que puedes ofrecer y regalar y el que te puede hacer más feliz.
Mientras tanto, seguiremos tirándonos los trastos a la cabeza, juzgándonos los unos a los otros; mientras tanto, seguiremos divididos, haciendo las cosas en el corto plazo, sin buscar horizontes que nos hagan acabar con los retos que tenemos por delante.
Estaremos quejándonos y denunciando, estaremos enfadados y hartos, estaremos en una espiral inacabable con un proyecto inacabado de comunidad, que nos llevará, de nuevo, a más frustración, a más quejas, a más división.
Ojalá seamos capaces de mirar más allá y de asumir, cada uno, la responsabilidad que exige el convivir, para que podamos marcarnos metas y podamos avanzar hacia donde decidamos y logremos acabar algo, si es que antes lo emprendemos.
¿Vamos o no?
Ginés Marín Iniesta