Vivos n º 5
Patricio Ros, en el Despacho Parroquial de la Casa Parroquial de Aljucer
En esta sección, cuya quinta entrega compartimos con vosotros, queremos mostraros aljucereños y aljucereñas, bien nacidos, bien residentes, bien vinculados con Aljucer de alguna forma.
En este caso, os presentamos a Patricio Ros Meseguer, el cura de la Parroquia de Aljucer en el momento en el que escribimos esta entrada.
Patricio nació en Molina de Segura el 15 de noviembre de 1950.
Su padre se llamaba Ángel Ros, del Barrio del Castillo. Su madre se llama Consuelo Meseguer, aunque fue bautizada con el nombre de Ascensión, aunque todo el mundo la conoce en Molina como "La Nena", del Rincón de D. Ernesto, (médico de Molina), en la calle Mayor de esta localidad, en la zona conocida como "punta del lugar".
Nos explica que, en principio, en Molina, vivió en la Calle Mayor, aunque después vivió en la Calle San Francisco y, últimamente, enfrente de la iglesia del Sagrado Corazón.
Patricio nos cuenta que su infancia fue "feliz, en libertad y en la huerta".
Fue monaguillo "con dedicación y entrega" durante 3 ó 4 años. Nos explica que "hacíamos las cosas sabiendo lo que hacíamos" en la Parroquia del Sagrado Corazón de Jesús.
Estudió Bachiller en Molina, aunque el examen final lo hizo en el Alfonso X de Murcia, donde está el Instituto Cascales.
En el curso 1962/1963, entró en el Seminario Menor.
Luego ingresó en el Seminario Mayor, haciendo dos años en Murcia, en el Seminario Mayor de San Fulgencio, actual Conservatorio de Danza y Escuela de Arte Dramático de Murcia, y el resto en Granada, en donde estudió Filosofía y Teología.
Con alegría nos recuerda el día de su ordenación sacerdotal en Molina, el 6 de julio de 1975, en la Iglesia del Sagrado Corazón.
Su periplo como sacerdote le ha llevado a Cuevas de Reyllo, incluidos los lugares de Los Cánovas, Los Almagros y El Escobar, durante 3 cursos. A Granada, como formador del Seminario Mayor, durante otros 3 cursos. A Beniel, a la Parroquia de San Bartolomé, durante otros 3 cursos. A Fuente Álamo, a la Parroquia de San Agustín, durante 15 años. Y desde septiembre de 2001, en Aljucer.
Patricio nos dice que llegó a nuestro pueblo porque es el destino que le mandó el obispo y confiesa que "yo estoy envejeciendo con vosotros, me estoy haciendo mayor entre vosotros". También comparte con nosotros que "tengo miedo a que no estar respondiendo a lo esperáis" y "que no me quiero ir de aquí", aunque deja patente su disponibilidad para hacer lo que el Sr. Obispo crea más conveniente.
Ser el párroco de Aljucer significa atender las necesidades espirituales de los aljucereños. Patricio nos repite que "está bien, a gusto, contento en Aljucer".
Para él, Aljucer es "un pueblo de la huerta invadido por la influencia de la ciudad", aunque reconoce que es un "Pequeña Arcadia".
Damos las gracias a Patricio por atendernos y compartir parte de sus vivencias y a vosotros por seguirnos.
Ginés Marín Iniesta