Trasfondos de Aljucer
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viernes, 3 de julio de 2015

Carmen González Ortega, "La Comina"

Vivos n º 8: 


Carmen, en el salón de su casa de la Calle de la Cruz de Aljucer. Casi un siglo ha contemplado sus ojos...

Nos da mucha alegría escribir esta entrada de la sección de Vivos, presentaros a Carmen, “La Comina”. 

Antonio Chacón, un chico de 15 años, con raíces aljucereñas, tras leer algunos de los trasfondos y de las distintas secciones del blog que vamos compartiendo con todos, nos sugirió hacer una entrevista a su bisabuela, Carmen González Ortega, “La Comina”. 

Aparte del cariño que le profesa a Carmen su familia, una de las razones por la que pensaron que podía ser interesante hacerle una entrevista a Carmen era el hecho de que el 22 de febrero de 2016, va a cumplir 100 años, si Dios quiere.. 

A nosotros nos encantó la idea, y nos pusimos de acuerdo para poder hacerla realidad. 

Una tarde de junio de 2015, en la casa de Carmen, en la Calle de la Cruz de Aljucer, junto con una de sus hijas, Josefa, una de sus nietas, Carmen, hija de Josefa, y uno de sus bisnietos, Antonio, hijo de Carmen, nos dispusimos a hablar sobre su vida, sus vivencias y sobre Aljucer. 

Fue un rato muy agradable y la entrevista estuvo marcada por la reducida audición de Carmen, lo que supuso que la familia nos apoyase en algunas de las anécdotas y datos que Carmen nos ofrecía. 

Lo primero que nos confesó es que se encuentra bien, que no toma pastillas, que sólo está fatal de las piernas.

Nació en El Esparragal el 16 de febrero de 1916, hija de Juan Antonio González García, de Santomera y de Josefa Ortega Zamora, de El Esparragal. 

Aunque eran de la zona de Santomera, su madre tenía una tía abuela en Aljucer y decidió venirse a vivir aquí y a servir en la casa de ésta.

En agradecimiento, le dejó a la madre de Carmen, 5 tahúllas de tierra y la casa en la que la familia de Carmen vivió. En la zona de la Carretera de El Palmar, que es conocida popularmente como el “Barrio de los Gatos”, cerca de la acequia del Turbedal es donde su familia fijó su residencia. Sus padres eran agricultores, se dedicaban a la tierra. 

Su madre era familia de “La Blasa”, que era su tía y de Felipe, que era su tío. 

Carmen tuvo cuatro hermanos, Conchita y María de los Ángeles, que eran mellizas, Pepe y Josefica, la mayor, que se puso a trabajar en una sastrería. 

Desgraciadamente, su hermano Pepe murió atropellado por un coche en la Carretera de El Palmar. Según recuerda Carmen, su padre iba a sacar un carro de un almacén que tenían en la casa para ir a coger agua al Puerto de la Cadena. Su hermano estaba en el carro y un coche que pasaba arrolló al carro y a su hermano. Tras tres días de sufrimiento, murió. 

Desafortunadamente, su hermana María Ángeles también murió joven. 

De la Carretera del Palmar recuerda que vio pasar el tranvía, y que mató al hijo de una mujer amiga suya. Se acuerda de cuando la adoquinaron y cuando empezaron a pasar coches, cada vez más. 

También recuerda cuando unos vecinos, un hijo a su madre, de rodillas le decía: “¿Cómo quieres que te quiera si siempre me estás pegando, como si mi cuerpo fuera hecho de piedra de mármol?” A Carmen le causó mucha impresión y lo recuerda vivamente. 

Fue al colegio con Doña Matilde y después con Doña Flora, en Aljucer. Las escuelas estaban en la Calle Mayor, cerca de la Acequia de Beniaján, adonde ahora están las Escuelas Viejas. 

Iban desde la carretera a la escuela por sendas. Pasaban por la casa de unos que no paraban de tocar y cantar. A ella no le gustaba. Recuerda como los llamaban, los Ferreses y los Juan Luises. 

Al ser de las mayores, trabajó mucho en el bancal que tenían detrás de la casa y en el que había naranjos, albaricoqueros y más cosas que ponían. Entre otras cosas, estuvo haciendo cobijas y plantando tomates, bajocas, pimientos, patatas, haciendo la trilla, recogiendo hojas de moreras para las andanas de los gusanos de seda y luego sacarle la hijuela, recogiendo higos de las higueras para los marranos y recogiendo nueces de una noguera que tenían.

Carmen trabajó en una fábrica en Alcantarilla. Iba andando allí. 

Luego fue a trabajar poniendo rejillas, hechas con una especie de fibras plastificadas, para mecedoras y otro tipo de muebles, en una fábrica en la Carretera de Alcantarilla. También hacían tapetes. Trabajó en otras fábricas de la zona. 

De la Guerra Civil recuerda estar en la puerta viendo pasar los militares, en motos y en coches, por la Carretera de El Palmar. También nos contaba que se acordaba de cuando oía tronar y cuando decían que mataban a alguien. Recuerda a un cura que lo colgaron enfrente de la Iglesia del Carmen. Carmen sentenció que los republicanos no querían a los católicos. 

También nos contó el caso, en Aljucer, de un hombre que venían a matarlo y se metió en la chimenea, para que no lo cogieran. En la Carretera recuerda que mataron a otro cura. 

Siendo la época de la Guerra, varias chicas de Aljucer se “fueron con el novio”. Ella también se "fue con el novio", tenía unos 20 años. 

Su novio, después marido, era José María López Almagro, “El Comino”. El mote está relacionado, según apunta Carmen y su familia, a la poca estatura de los antepasados de su marido.

Se casaron en El Palmar, y se cambiaron de casa, se fueron a vivir a Aljucer. Alquilaron una casa de su tía Blasa, en la Calle Mayor, en el lugar en el que estuvo el Cine de Verano “Terraza Blasa”. 

Tuvieron cuatro hijas, Lolita, la mayor, Josefa, Tomasa y Carmen. Carmen está feliz de que todas estén vivas y tengan sus familias, y, si alguien se ha de morir, prefiere ser ella.

Después pasaron a vivir a la calle de la Cruz, en la casa en la que realizamos la entrevista. Se vinieron a esa casa, hogar familiar de la familia de su marido, “Los Cominos”, porque su cuñado Jesús murió en la guerra, de un tiro en la cabeza. 

La casa estaba con el suelo de tierra y con hechuras antiguas, y en ella tenía su marido una carnicería. Su marido era tratante de ganado. 

Carmen le ayudaba en el negocio. Mataba borregos y los troceaba, cortaba hierba, alimentaba el ganado, limpiaba el estiércol. Se levantaba muy temprano. Iba a misa primera, con su silla, ya que no había bancos, se ponía en la parte de atrás de la iglesia, y cuando acababa, se iba directa a abrir la carnicería. Vendían unos tres borregos al día. La gente solía comprar cuartos de carne, porque no había neveras. 

De Aljucer tiene muchos recuerdos, aunque reconoce que ha sido una mujer de mucho trabajar y de dedicarse a las cosas de su trabajo, de su casa y de su familia. Nos contó que, para lavar la ropa, iban a hacerlo a un brazal que iba por la Calle de la Cruz, pasada la Acequia Mayor, y en el que pusieron escurridores para lavar. 

Por ejemplo, recuerda algunos comercios como el de Paco “El Moreno”, “El Seco”, el de “Manolo de la Ramona”, el Bar Costa o el Ventorrillo del Carrasco.

También rememoró las fiestas de la Virgen de los Dolores, de la Virgen del Rosario y la Verbena de San Juan. 

Entre sus aficiones estaba coser. A ella no el gustaba meterse en cosas de otros. 

Ahora, piensa que hay mucha gente en Aljucer y que le gustaba más la vida de antes. 

Sin duda, fue un rato maravilloso el que pasamos con Carmen y su familia. Ricardo ha tratado de recoger la viveza y la fuerza de esta mujer trabajadora y centenaria que nos acogió con cercanía y con mucho respeto y elegancia. 

Nosotros, queremos compartir con todos, la historia y las vivencias de Carmen, ya que forman parte de la historia común que atesoramos. 

Y por supuesto, dar las gracias a todos los que han hecho posible que esta charla pueda ser compartida con todos vosotros, a su familia, y en especial, a Antonio Chacón, bisnieto de Carmen, que nos propuso la idea. 

Esperamos que os haya gustado. 

Gracias por seguirnos. 

Ginés Marín Iniesta 



 
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