ATrés n º 3:
Cartel de entrada a Aljucer, en la calle Vereda, desde la carretera de El Palmar.
Por tercera vez nos acercamos a esta mirada triple sobre algún rincón de Aljucer. En este caso nos centramos en la imagen que es nuestra seña de identidad en las redes sociales y en nuestro propia página.
Se trata de un cartel de indicación de entrada a población a Aljucer en el comienzo de la Calle Vereda, desde su entrada por la Carretera del Palmar. Unos de los pocos que indicaban, hasta hace nada, dónde está Aljucer y por dónde se puede acceder a él.
Nosotros pensamos que el cartel era una imagen poderosa que era fenomenal para mirar más allá, como solemos hacer, y que nos permite hablar de varias cosas. De la identidad que, como aljucereños, tenemos; del cuidado que le brindamos a ésta y de lo que se deriva de ella, el mimo y el cuidado por mantener y conservar este lugar común de la mejor forma posible por el bien de todos los que lo habitamos y que llegan a él.
El estado del cartel, dejado, habla, en cierta forma, y no es la primera vez que tratamos este tema, de la apatía que los aljucereños manifestamos con respecto a nuestro pueblo. Y es un signo material, un cartel que contiene un nombre que, de alguna forma identifica una realidad que compartimos un gran grupo de gente, Aljucer.
En segundo lugar, esa identidad que, se supone, compartimos, ha sido, desde nuestro punto de vista, poco cuidada. Aunque es un tema complejo y, seguro, que nos quedaremos cortos, la identidad se compone de varias variables que la van configurando, en proceso largo, desde las personas que habitan un lugar y sus formas de comportarse, pasando por el paisaje, (incluyendo aquí tanto los edificios como el paisaje natural), así como las costumbres e historia que van forjando, día a día, mes a mes, año a año, siglo a siglo, todos aquellos y todo aquello que forma parte de esa cosa, tal vez un poco abstracta, que se llama Aljucer.
El estado del cartel, su situación y la inexistencia de este tipo de carteles en otros puntos del pueblo habla de la debilidad de la identidad que atesoramos como comunidad, en la que no somos capaces de comunicar qué y quiénes somos, dónde estamos y que podemos ofrecer, tanto a los que vivimos aquí como a aquellos que nos visitan.
Con la "foto-pintura", magníficamente aportada por Ricardo y Santi, que compartimos con vosotros en esta ocasión, queremos reflejar la pluralidad de miradas de la que se compone este pueblo. Miradas que no tienen por qué coincidir, miradas que pueden discrepar, miradas que pueden dialogar y crear y apostar por algo mejor a lo que, en el presente, aspiramos. Miradas que se complementan y que suman, dando un resultado aún mayor y mejor que si se divide o resta...
Por tanto, tras esta imagen que os presentamos está esta reflexión que os hemos querido trasladar.
A nosotros nos encantaría que tuviéramos unas señas de identidad en las que reconocernos y por las que se nos reconociera, nos encantaría que los propios aljucereños fuéramos los primeros en cuidar, conocer, poner en valor y difundir quiénes somos y qué somos.
Para ello entendemos que hay que tener algo de interés y ganas de trabajar por el bien común de este pueblo. Para nosotros, los responsables somos cada uno de los ciudadanos de Aljucer, en los pequeños detalles y en las pequeñas cosas, buscando un lugar común en el que nos encontremos y nos reconozcamos.
A nivel algo más práctico, no estaría mal que se renovaran y se rotularan las diferentes entradas de los diferentes accesos a Aljucer. Sería una sencilla forma de comenzar a dar a conocer dónde estamos.
Por cierto, si se cambia el letrero, objeto de esta entrada, nos encantaría tenerlo y conservarlo. Dicho queda.
Gracias por seguirnos.
Se trata de un cartel de indicación de entrada a población a Aljucer en el comienzo de la Calle Vereda, desde su entrada por la Carretera del Palmar. Unos de los pocos que indicaban, hasta hace nada, dónde está Aljucer y por dónde se puede acceder a él.
Nosotros pensamos que el cartel era una imagen poderosa que era fenomenal para mirar más allá, como solemos hacer, y que nos permite hablar de varias cosas. De la identidad que, como aljucereños, tenemos; del cuidado que le brindamos a ésta y de lo que se deriva de ella, el mimo y el cuidado por mantener y conservar este lugar común de la mejor forma posible por el bien de todos los que lo habitamos y que llegan a él.
El estado del cartel, dejado, habla, en cierta forma, y no es la primera vez que tratamos este tema, de la apatía que los aljucereños manifestamos con respecto a nuestro pueblo. Y es un signo material, un cartel que contiene un nombre que, de alguna forma identifica una realidad que compartimos un gran grupo de gente, Aljucer.
En segundo lugar, esa identidad que, se supone, compartimos, ha sido, desde nuestro punto de vista, poco cuidada. Aunque es un tema complejo y, seguro, que nos quedaremos cortos, la identidad se compone de varias variables que la van configurando, en proceso largo, desde las personas que habitan un lugar y sus formas de comportarse, pasando por el paisaje, (incluyendo aquí tanto los edificios como el paisaje natural), así como las costumbres e historia que van forjando, día a día, mes a mes, año a año, siglo a siglo, todos aquellos y todo aquello que forma parte de esa cosa, tal vez un poco abstracta, que se llama Aljucer.
El estado del cartel, su situación y la inexistencia de este tipo de carteles en otros puntos del pueblo habla de la debilidad de la identidad que atesoramos como comunidad, en la que no somos capaces de comunicar qué y quiénes somos, dónde estamos y que podemos ofrecer, tanto a los que vivimos aquí como a aquellos que nos visitan.
Con la "foto-pintura", magníficamente aportada por Ricardo y Santi, que compartimos con vosotros en esta ocasión, queremos reflejar la pluralidad de miradas de la que se compone este pueblo. Miradas que no tienen por qué coincidir, miradas que pueden discrepar, miradas que pueden dialogar y crear y apostar por algo mejor a lo que, en el presente, aspiramos. Miradas que se complementan y que suman, dando un resultado aún mayor y mejor que si se divide o resta...
Por tanto, tras esta imagen que os presentamos está esta reflexión que os hemos querido trasladar.
A nosotros nos encantaría que tuviéramos unas señas de identidad en las que reconocernos y por las que se nos reconociera, nos encantaría que los propios aljucereños fuéramos los primeros en cuidar, conocer, poner en valor y difundir quiénes somos y qué somos.
Para ello entendemos que hay que tener algo de interés y ganas de trabajar por el bien común de este pueblo. Para nosotros, los responsables somos cada uno de los ciudadanos de Aljucer, en los pequeños detalles y en las pequeñas cosas, buscando un lugar común en el que nos encontremos y nos reconozcamos.
A nivel algo más práctico, no estaría mal que se renovaran y se rotularan las diferentes entradas de los diferentes accesos a Aljucer. Sería una sencilla forma de comenzar a dar a conocer dónde estamos.
Por cierto, si se cambia el letrero, objeto de esta entrada, nos encantaría tenerlo y conservarlo. Dicho queda.
Gracias por seguirnos.
Ginés Marín Iniesta