Trasfondos de Aljucer
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domingo, 27 de diciembre de 2015

La viga

Trasfondo n º 78:

Fachada de una casa en ruinas, en la calle de la Cruz, en Aljucer

¿Ves esa casa? Está en ruinas. Su fachada y sus hechuras son imagen del pasado, un pasado que ya queda algo lejano, un pasado que fue y que ahora ya no es nada más que ruinas. 

¿Ves esa foto? Esa foto es una foto del Verano. Ahora que hemos estrenado el Invierno, sólo nos recuerda la plenitud de la luz, de la temperatura, de la Naturaleza, ahora que todo adormece con el frío. 

Una imagen que nos trae cierta nostalgia o cierto rechazo, depende de quién la mire y cómo la mire.

Ricardo captó, cuando hizo esa foto, la fuerza y y la desolación de esta casa en ruinas. Captó, el importante papel de la viga en esta extraña pero interesante imagen. 

La viga. Según la Real Academia de la Lengua Española, una de las acepciones de esta palabra es la siguiente: "Madero largo y grueso que sirve, por lo regular, para formar los techos en los edificios y sostener y asegurar las fábricas."

Y ahí está. Ya no está la casa y la viga se sostiene. 

Esta viga nos ha resultado evocadora. Y más en Navidad. Y más en Aljucer. 

Imaginemos que la identidad y las tradiciones del pueblo son la viga...

Este trasfondo es un trasfondo doloroso. Es un trasfondo que parte de la desilusión, pero quizás acabe en esperanza. Sin embargo, recoge, en cierto modo, una idea que hemos traído a este espacio varias veces. La idea de que somos incapaces de hacer comunidad, de que los aljucereños somos "difíciles". 

Y es que en Aljucer hemos ido desdeñando tradiciones, dejándolas dormir, porque aún no están muertas, ya que hay gente que aún las recuerda y que las ha vivido y disfrutado. 

En otros pueblos las han mantenido, las han sabido poner en valor y hacen bandera de ellas como signo de identidad de su comunidad. 

En Aljucer aún contamos con un tesoro. Pongamos varios ejemplos. En relación, primero, con la música. 

En la Navidad y el Adviento, existe un gran acervo musical relacionado con esta fecha tan señalada, desde un Aguilando tocado y cantado de una forma un poco especial, a un gran número de villancicos que, hasta hace unos 40 años, todavía se podían escuchar en Aljucer. 

En tiempo de Carnaval, todavía nos ha llegado música y algunas letras de murgas que nos recuerdan que el carnaval no fue siempre cómo lo vivimos ahora. 

En Cuaresma, todavía mantenemos cantos a la patrona, la Virgen de los Dolores, que tienen, al menos, un siglo de existencia. 

Todavía hay gente que recuerda jotas y malagueñas en esta zona de la Huerta, alguna canción con letra dedicada a gentes o cosas de Aljucer, romances, canciones infantiles, oraciones...

Alguna de estas músicas eran usadas en rituales que hemos ido dejando perder. 

Por ejemplo, en el tiempo de Navidad, las misas de gozo, entre la Purísima y la Misa del Gallo, las carreras de aguilando, el Baile de Inocentes y de Reyes, y el Auto de los Reyes Magos.

En Carnaval, las murgas, las comparsas y las máscaras, a la manera tradicional. 

Ahí aguantan las Fiestas de la Cruz, con "palicos y cañicas", manteniendo una tradición como son las "Cruces de Mayo", aunque hayamos perdido el rito de "bailar la cruz". 

A veces, al ver la televisión o visitar otros pueblos, da cierta envidia ver cómo disfrutan de sus tradiciones, de una forma sencilla, pero juntos, en comunidad, haciéndolas posibles. 

Y cuando uno sabe que existe todo un patrimonio que aún está vivo, aunque agonizante, y conoce la indiferencia y la apatía de los vecinos por sus propias tradiciones, no deja de ser descorazonador e incluso doloroso. 

Ante este panorama, nos surgen varias preguntas. 

La primera pregunta que nos viene a la cabeza es si queremos mantener nuestras tradiciones. 

Si la respuesta es positiva, la segunda pregunta que nos asalta es, qué estamos dispuestos hacer para que éstas se mantengan.

Otra pregunta que se nos ocurre, es la siguiente: ¿Sabemos cuáles son las tradiciones de las que hemos disfrutado en nuestro pueblo? 

De todas las que están dormidas, ¿Cuáles queremos recuperar y cuántas dejamos en el olvido?

Si la excusa es que no las conocemos, ¿Cómo podemos hacer para conocerlas y recuperarlas? 

Y así podemos hacernos muchas preguntas, tantas como queramos. Lo importante es la respuesta que nos demos. 

Os recordamos que la viga está, aún, presente. En nuestra manos está acabar con ella o, desde ella, reconstruir la casa. 

Nosotros, nos quedamos tranquilos si, al menos, este trasfondo, sirve para que nos demos cuenta de cuánto patrimonio inmaterial aún atesoramos y del que somos nosotros responsables. 

Lo que hagamos con él es nuestra responsabilidad, no de Ricardo y Ginés, sino de todos los aljucereños. 

Recordad, la viga...

Gracias por seguirnos.

Ginés Marín Iniesta 

 
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