Trasfondo n º 72:
Puente sobre la Acequia de Alguazas dañado por las obras del tendido eléctrico subterráneo en la Carretera del Palmar
A raíz de un suceso que hemos conocido esta semana pasada, la destrucción de un puente del siglo XVIII en la Carretera de El Palmar, sobre la Acequia de Alguazas, queremos compartir con vosotros algunas cosas que tienen que ver con este hecho y que ahondan en la realidad en la que vivimos en Aljucer, desde nuestro punto de vista, está claro.
La foto que ha tomado Ricardo es desalentadora. Muestra un desastre. Un auténtico caos, aunque nos permite ver cuál ha sido la historia de este camino, a vuelapluma.
Vemos una perspectiva transversal de las distintas capas que, desde la creación de este Camino Real de Cartagena, a finales del siglo XVIII, se han superpuesto.
El nivel más bajo, el del puente, es el nivel original del camino, luego, tras casi dos siglos, podemos identificar otra capa en la que está el adoquinado, ya en el siglo XX, en época de la Dictadura de Primo de Rivera, en los años 20. Justo encima, todo el asfaltado desde que se suprimió el adoquinado en los años 70 del siglo XX.
A finales del siglo XIX, vivió en Murcia un intelectual que se preocupó por la historia, los monumentos y las tradiciones de Murcia. Se llamaba Javier Fuentes y Ponte. Tuvo un papel importante en la recogida y en el estudio de la historia de Murcia en esta época.
Entre muchas de los temas que abordó, en una de sus obras, "Documentaría importante sobre obras públicas en Murcia", cómo se habían construido, cuándo y de qué manera esas obras públicas estaban cuando él las vio y en base a lo que él estudió.
Un fragmento de esta obra se publicó en una publicación nacional llamada “Revista de Obras Públicas”, editada en Madrid el 30 de octubre de 1881.
En ese fragmento se centra en recoger algunos datos sobre el Nuevo Camino Real a Cartagena que queremos compartir con vosotros literalmente:
“Descripción del Real Camino nuevo.
Principia el Real Camino nuevo de Murcia a Cartagena, desde la Plaza que llaman de los Toros más abajo del Puente donde hai una Cantarilla con tres ojos y antepechos de sillería siguiendo a la esquina del Carmen donde hay una luneta muy capaz y a sus laterales está plantado de olmos negros en línea recta hasta el Puente del Reguerón que habrá cerca de una legua.
Se encuentra su salida en el Puente que llaman del Almoajar o del Carmen, y seguido hasta el Canapé se forma un ameno paseo a un lado y a otro de los laterales del Camino plantado de naranjos, limoneros, y a su remate de cipreses; formando dicho canapé sus bancos de piedra sillería para descanso de los que quieran sentarse circundados de dichos árboles que son olmos negros.- A seguido está el Puente de Alfande, y principia la arboleda a un lado y al otro del Camino hasta dicho Puente del Reguerón cuya arboleda es de Moreras que son de mucha utilidad a la Real Hacienda, de modo que en el verano se puede ir a la sombra de mañana y tarde sin la molestia del Sol, y se encuentran en su distancia Cinco Puentes grandes con sus antepechos de sillería; el primero llamado del Junco, el segundo el grande del Lugar de Aljucer, el tercero de Alquibla, el cuarto de Beniaján y el quinto de Xarabia: también hai diez y siete Cantarillas o Puentecillos de losa para el paso de las aguas para regar la huerta por haberlo impedido la nueva construcción del Real Camino.- …”
Y continúa la descripción por el Puente del Reguerón, El Palmar y el Puerto de la Cadena, hasta llegar al Campo de Cartagena.
Nosotros hemos querido detener aquí el relato porque describe, justamente, la parte del camino que nos concierne.
En el documento, el autor habla de puentes y cantarillas. Puentes parecen hechuras más grandes y elaboradas, mientras que las cantarillas es el nombre que se le da a los puentecillos.
De los cinco puentes de los que habla en el trayecto del camino desde El Carmen a El Palmar, cuatro de ellos están en lugares que, actualmente son de Aljucer. Los puentes salvaban el paso de las acequias menores que cruzan este camino, a excepción de la Aljorabia, que no aparece en la descripción.
Cuatro de ellos se disponen en el tramo que va desde la entrada a La Vereda de Aljucer hasta el conocido como Barrio de los Gatos, ya perteneciente a El Palmar.
En este tramo, actualmente, se están ejecutando unas obras para llevar una línea de alta tensión por debajo de la carretera.
Las obras, de las que los vecinos no tenemos mucha idea para qué son, con qué fin se hacen, ni cuanto van a durar, están resultando una incomodidad grande para los aljucereños.
Y es que, a la falta de información sobre el motivo, los plazos, el desarrollo de la obra, las características de ésta y de lo que supone tener ese tendido de alta tensión de este modo, se están dando otros hechos que, en la ciudadanía crean una opinión negativa hacia lo que se está haciendo.
Por un lado, la destrucción del patrimonio hidráulico que se ha denunciado, (El Puente Grande del Lugar de Aljucer, del que habla el documento), y que, nos tememos, que sólo es una parte de lo que se ha destruido o de lo que se va a destruir y de lo que no nos hemos dado cuenta, ya que, en el entorno, hemos hablado de hasta cuatro puentes.
Por otro lado, la mala planificación de la accesibilidad a Aljucer, cortando los principales accesos y salidas, haciendo dar rodeos a los vecinos y no informando suficientemente de estos cambios por medios que aseguren que la información llega a los vecinos, ni de la duración aproximada de estos cambios en el tráfico.
Uno de las consecuencias inesperadas de esta obra, es que, en un solar muy cercano al centro de Aljucer, junto al Parque conocido habitualmente como el “Campo de la Elisa”, se están almacenando una serie de escombros de la obra que se está efectuando en la carretera, ante la estupefacción y la incomprensión de dicha decisión que, a priori, no se comprende, ya que, cualquier vecino tiene que cumplir una serie de requisitos para dejar escombros de una obra en la vía pública.
Nosotros no entendemos cómo una obra de este calado tiene tantos flecos sueltos. Y, si no es así, no comprendemos por qué no se ha avisado y se ha explicado qué, cuándo, por qué, cómo y para qué se hace.
Igual que nosotros hemos sido capaces de encontrar documentación sobre la historia de esta vía y de que exista la posibilidad de encontrar restos susceptibles de ser conservados, no comprendemos cómo no se ha planificado esta obra sin dañar el patrimonio que hay en dicha zona.
Y lo que resulta aún más extraño. Las autoridades que se encargan de preservar nuestro patrimonio, ¿Qué han hecho para evitar su destrucción?
Muchas preguntas, pocas respuestas.
No somos capaces de saber siquiera quiénes son los responsables de todos los hechos que se han encadenado en el desarrollo de esta obra. ¿La empresa promotora? ¿La empresa que ejecuta los trabajos? ¿El Ayuntamiento?
Lo que está claro que, por error u omisión, nos encontramos con el panorama que hemos descrito hasta el final de las obras.
Quizás todo sería mucho mejor, más fácil, si tuviéramos una información clara y transparente de todos los procesos de este tipo de obras públicas que nos afectan, que se hacen con el patrimonio de todos los murcianos, y en especial, en este caso, de los aljucereños.
Creemos que es importante que se tiendan puentes invisibles, puentes que sean capaces de unir y acercar, de crear confianza y respeto, base de la cercanía entre las distintas orillas de dichas obras imaginarias.
El poco cuidado y la opacidad son mazazos que abren heridas invisibles, llenas de desconfianza, de molestia, que crean división y resquemor, y alejan.
La destrucción de estos puentes reales, pero invisibles, como el puente que ha sido dañado no hace mucho, y que podéis ver en la foto, sólo nos aleja a los vecinos de los que tienen que velar por nuestro bienestar y por nuestro patrimonio.
¿No se podía hacer de otra manera? ¿Todo lo ocurrido era necesario?
Nosotros pensamos que se podía haber hecho de mejor forma.
¿Tú que piensas?
Nos encantaría que lo compartieras con todos.
Gracias por seguirnos.
Ginés Marín Iniesta