Trasfondos de Aljucer
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miércoles, 19 de noviembre de 2014

Belleza peculiar

Trasfondo n º 45

Entrada a la Calle Parra de Aljucer

Una foto. Una calle. Dos casas. Cables. Una colaña. Desconchones. Un deslumbrante y maravilloso cielo azul, el sol acariciando con su luz...

Esta foto de Ricardo es todo esto y algo más...

Quizás no estemos ante obras de arte, quizás la arquitectura y el trazado de los edificios y de la calle no sea espectacular, ni esté firmada por ningún arquitecto famoso. Quizás, incluso, tenga un aspecto decadente y el "paisaje urbano" no esté cuidado.

Pero, ¿a quién le importa?, estamos ante un rincón de Aljucer. Y el pueblo lo componen edificios tan magníficos como la iglesia, o rincones tan bellos como los que dibuja la huerta y las acequias, aunque también esta multitud de rincones que le dan carácter y dibujan la fisonomía de Aljucer.

Y es que, en este trasfondo, nos vamos a centrar en la peculiar belleza que nuestro pueblo atesora, al igual que todos los pueblos que nos rodean. Esa peculiar belleza que se nutre de sencillez, de caos, de cotidianidad...

Solemos ser de visiones extremas. O lo nuestro es lo mejor, o lo nuestro es lo peor. Tanto una como otra son falsas. Somos y punto. Y en ese somos, tenemos cosas maravillosas y cosas mejorables. Pero lo que somos es necesario que sea aceptado por nosotros mismos.

Ésta es la mayor riqueza. Ser capaces de aceptar lo que somos y poder disfrutar de ello.

La foto es sólo un espejo en el que mirarnos. Muestra un lugar que no es horrible, pero que tampoco es precioso. Es.

Lo que caracteriza arquitectónicamente a este pueblo y, en general, a todas las pedanías de Murcia, es el eclecticismo, la variedad en el tipo de construcción, sin orden ni concierto, en un caos de estilos y de materiales. En una mezcla de arquitecturas y de formas de vivir.

Esta mezcolanza, esta poca atención hacia los edificios y hacia el paisaje urbano parece que es un rasgo que nos define.

En contraposición con lugares que han sabido conservar cierta coherencia en su paisaje, en su fisonomía, el pueblo es horrible.

El reto que nos proponemos con los trasfondos es, que seamos capaces de ver en lo cotidiano, algo más que a lo que a simple vista se ve. Las casas, las calles, todos los elementos que configuran Aljucer, son reflejo de lo que somos y lo que dejamos que nos hagan ser.

Nuestro interés es que seamos capaces de ver en lo habitual, en lo que forma parte de nuestro paisaje cotidiano, lo extraordinario, que seamos capaces de reconocer lo que somos, aunque no nos guste.

Porque, al fin y al cabo, es lo que tenemos y lo que hemos construido entre todos, las generaciones presentes y las pasadas.

La foto no deja de ser todo lo que decíamos al principio. Pero también es un lugar irrepetible, que no podremos encontrar en ningún otro lugar, de la misma forma y con las mismas características.

Y estas casas y calles en las que están ubicadas no dejan de hablarnos de lo que somos, de lo que hemos sido, de nuestras necesidades como comunidad, de nuestras características como familias, de nuestras huellas como personas que transitamos y hemos transitado estos espacios, con nuestros anhelos, ilusiones y desvelos.

Cada casa, cada elemento, no para de transmitirnos historias pasadas y presentes que, entrelazadas, tejidas, han creado este tapiz, este lienzo que hemos realizado entre todos y que llamamos Aljucer.

Os invitamos a fijaros, a saborear esta peculiar belleza de nuestro pueblo, esta mezcla de estilos, de formas de pensar y de vivir que se puede observar en nuestro paisaje.

Fijándonos en éste, nos reconocemos, somos nosotros y nuestros antepasados los que dotamos de esta belleza única este inigualable lugar de mundo.

Sólo queda lanzaros unas preguntas:

¿Os gusta lo que somos? ¿Qué opináis de lo que hemos creado? ¿Qué queremos para nuestro futuro? ¿Cómo podemos descubrir esta peculiar belleza?

Nosotros, con los trasfondos, ya estamos disfrutando de ella.

Gracias por seguirnos.


Ginés Marín Iniesta

 
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