Trasfondo n º 44
Luminosa foto de una de las zonas del Cementerio Parroquial de Aljucer
Este mes de noviembre, lo comenzamos celebrando el Día de Todos los Santos y el de los Difuntos. Estas dos celebraciones nos inspiraron para dedicar uno de nuestros trasfondos a esa parte de Aljucer, que no está en Aljucer, en el que hay muchos aljucereños, aunque en un espacio reducido. Se trata del Cementerio Parroquial de Aljucer, en San Ginés.
Antes de comenzar nos gustaría dar las gracias al párroco de Aljucer, D. Patricio Ros , por darnos la posibilidad de poder presentaros una imagen de este lugar.
Como no podía ser de otra forma, Ricardo, con su foto, ha hecho luz de algo tan oscuro como la muerte, nos muestra belleza en un lugar que nos hace sentir tanto dolor, nostalgia e, incluso, angustia.
El cielo, tremendamente bello, con esa luz viva, es como la esperanza para todos los corazones afligidos que se acercan a este lugar. Las flores y la tumbas, relucientes, son un signo de amor y recuerdo.
El cementerio parroquial de Aljucer, que antes se encontraba alrededor de la Iglesia de Nuestra Señora de los Dolores, está ubicado en San Ginés, al comienzo del Polígono Industrial Oeste, desde el año 1936, como anuncia en su entrada principal.
Actualmente podemos encontrar dos tipos de cementerios en la zona en la que se inserta Aljucer, unos de tipo parroquial, de gestión privada y eclesiástica, como el nuestro, y otros de tipo municipal, de gestión pública y civil.
Para llegar a este lugar, desde Aljucer, se fue componiendo un camino que los aljucereños llamamos "El Camino de los Muertos", por ser el camino por el cual los aljucereños nos dirigimos al cementerio, y que actualmente une Aljucer y San Ginés.
El camposanto es un lugar rodeado de ruido, pues cerca pasa la autovía MU-30 que une El Palmar con Alcantarilla, en el que habita un gran silencio. En ese silencio yace la historia reciente de Aljucer, con las gentes que protagonizaron la vida del pueblo en los últimos 150 años.
Con ellos, se silenciaron para siempre, retales de vida. Unidos forman el tapiz de nuestro pasado, un pasado que existe mientras siga vivo su recuerdo en las personas o en los documentos.
Como las velas, que tienen una duración limitada, sólo la luz que nos dejaron, nos permite alumbrar nuestras vidas para saber quiénes somos, de dónde venimos y adónde vamos.
Los nombres, las fotos, las lápidas, los panteones, los epitafios, ..., son los emblemas de este otro Aljucer que permanece en silencio, de este otro Aljucer del que no podemos separarnos, al que estamos unidos por un nudo de añoranza, recuerdo, cariño, dolor,... , de sentimientos.
Nosotros, en el cementerio, mostramos nuestro respeto a nuestros familiares y antepasados, tal y como estos aljucereños del Otro Aljucer hacían con los suyos, y así, generación tras generación, vinculándonos con lo que somos como personas y como comunidad.
El cementerio, en definitiva, es ese "Otro Aljucer", unido inexorablemente a éste, el de los vivos. Es un reflejo de los que somos y de lo que hemos sido. De cómo nos relacionamos con nuestro pasado, de cómo vivimos y nos manejamos con nuestros sentimientos.
El camposanto, es un lugar de intimidad, muy unido a todos los que formamos este pueblo y nuestro destino como seres humanos, tanto a un nivel personal como a un nivel colectivo. También es una oportunidad de conocernos y de reconocernos, de conocer nuestra historia como grupo humano.
Nuestra idea, con este trasfondo, es reflexionar, junto con vosotros, sobre lo que un cementerio es para un pueblo. Para nosotros es un lugar de encuentro, donde nos encontramos los vivos, donde recordamos a los muertos y que, día a día, vamos configurando.
Las generaciones posteriores a nosotros nos conocerán por el pueblo que le dejemos, y el cementerio será parte del legado que le confiemos, será una forma más de reconocernos, reencontrarnos y recordarnos como miembros de una extensa familia de los que formaron, formamos y conformarán Aljucer.
Y tú, ¿Qué opinas?. Nos encantaría saber qué significa el cementerio para tí.
Gracias por seguirnos...
Ginés Marín Iniesta