Trasfondos de Aljucer
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domingo, 9 de marzo de 2014

El pequeño y viejo cementerio de Aljucer

Trasfondo nº 9

Vista posterior de la iglesia de Aljucer, lugar del viejo cementerio


Bajo este magnífico cielo y esta luz que nos propone la foto de Ricardo, encontramos el impresionante perfil de la iglesia de Aljucer. De este edificio empezamos a hablar en algún trasfondo anterior y os adelantamos que volveríamos sobre él. 

Ha llegado el momento: vamos a hablaros del cementerio. Del viejo cementerio de Aljucer. Y de lo que no puedes ver a simple vista, aunque sigue ahí. Os hablamos de un cementerio en el mismo centro de Aljucer. 

Para empezar, queremos recordaros que durante mucho tiempo, los enterramientos se hacían en lugar sagrado. En principio, los enterramientos se efectuaban dentro de los templos. Más tarde, cuando no había sitio suficiente en ellos, los enterramientos se hacían alrededor de éstos. 

Aljucer no fue, en absoluto, una excepción. De hecho, es muy tardío el cambio de ubicación del cementerio, apenas ochenta años. 

De este modo, aunque ya no es posible ver algunos de los elementos que, en otros momentos eran visibles, tales como lápidas, sí que es posible hacerse una idea de cuál era, aproximadamente el perímetro del cementerio.

A los lados de la iglesia, donde está el salón parroquial, por uno de sus francos, o la casa parroquial, por el otro, siguiendo por las antiguas escuelas parroquiales donde actualmente los niños y jóvenes reciben catequesis, y toda la tapia que circunda la manzana en la que se está la iglesia, es, aproximadamente, la extensión del viejo cementerio de Aljucer.  

No parece un espacio muy amplio, por lo que las quejas sobre su extensión son frecuentes desde la segunda mitad del siglo XIX: 

La Paz de Murcia, 1 de julio de 1890: "Habiendo sabido el Sr. Gobernador que, a pesar de la orden de clausura dada para el cementerio de Aljucer, se sigue enterrando en él, ha participado al señor Alcalde reitere la orden al encargado de aquel, con apercibimiento de 500 pesetas de multa."

Las quejas sobre las malas condiciones de salud y de mantenimiento que se manejan en el cementerio de Aljucer aparecen, en diversas ocasiones, en la prensa murciana, durante, aproximadamente, casi un siglo. 

Para que podáis ser partícipes de ello, os añadimos una estremecedora carta al Gobernador en un semanario murciano de principios del siglo XX que ahonda en la misma idea que le presentamos, el poco espacio: 

Don Pelmacio, 6 de octubre de 1910: 

"Restos humanos insepultos - Sr. Gobernador

Por persona (que nos merece crédito se nos asegura que en el cementerio de Aljucer, insepultos y abandonados por el suelo, se ven cráneos y huesos algunos con carne todavía adherida, indudablemente como consecuencia de ser un local tan reducido el camposanto de dicho pueblo que hay necesidad de desahuciar a los antiguos para dar habitación a los nuevos inquilinos.

Como en los momentos actuales, con peligro de que nos visito el vacilus del cólera, acusan tales hechos, una gravísima imprudencia, acudimos a V. S. para que se sirva ordenar, si así lo estima
procedente, una visita do inspección al dicho Cementerio, al objeto de que puedan comprobarse tales hechos si fueren ciertos, como así se nos viene hace días asegurando."

Ya en fechas más recientes, es un problema realmente serio que pide una solución urgente: 

La Verdad de Murcia, 4 de marzo de 1933: 

"UNA DENUNCIA
Paredes dice haberse denunciado que en el Cementerio de Aljucer, para enterrar un cadáver tienen que desenterrar otro por no haber osario.
López Nicolás manifiesta que el inspector provincial de Sanidad tiene ya medidas tomadas sobre estos cementerios de los pueblos y ordenará su inmediata clausura, para que los cadáveres reciban sepultura en el de Espinardo."

El momento del traslado del cementerio desde Aljucer a su lugar actual, en las cercanías de San Ginés, en las inmediaciones del Polígono Industrial Oeste, coincide con los años de la Guerra Civil. Es entre los años 1936 y 1937 cuando tiene lugar este proceso. 

Supone, a todos los niveles, un cambio importante en la vida de los aljucereños, ya que se tienen que desplazar del pueblo para enterrar a sus seres queridos. 

El camino que se habilita para ir al nuevo cementerio, es el conocido, popularmente, como Camino de los Muertos, que, antes era una senda. Es significativo que, en ninguno de sus tramos, que comparten varias pedanías, no se haya recogido este nombre con el que los aljucereños lo identificamos claramente. Todavía algunos recuerdan en qué punto exacto del camino se despedía oficialmente a los fallecidos en su camino a su última morada. 

El nuevo cementerio, el cementerio actual, sigue siendo religioso, dependiente de la parroquia de Aljucer. Supone un lugar muy interesante de Aljucer sin estar en Aljucer, por lo que lo abordaremos en un próximo trasfondo.

Mientras que el pueblo ganó en salud, por otro lado, otro trozo de la historia se fue con él y su cambio de lugar. Los enterramientos son un testimonio del pasado y de las personas que vivieron, y su desaparición, tanto de las fosas  de dentro y fuera de la iglesia, así como de las lápidas y los archivos parroquiales han supuesto un gran vacío en las fuentes que nos permitirían recoger la historia local, de las familias y de sus formas de vivir a lo largo de toda la edad moderna. Algo que sólo podemos recoger, de forma parcial, en el actual cementerio. 

Nos proponíamos con este trasfondo daros a conocer una realidad que aún está latente, no muy lejana en el tiempo, aunque algo difuminada y que se puede percibir más allá de los ojos. 

Os animamos a preguntar a los mayores, cosas relacionadas con el viejo cementerio. Son historias interesantes y sorprendentes. Y nos haría mucha ilusión que las compartierais con nosotros. 

La historia está viva y deja huellas, búscalas y disfrútalas. 

Ginés Marín Iniesta  

 
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