Trasfondo n º 108
Vista del caz del Molino de Oliver con una bardomera artificial desde los restos del mismo.
Una lamentable y a la vez magnífica fotografía de Ricardo del tan maltratado Molino de Oliver de Aljucer, nos permite asomarnos a tu pantalla de nuevo. Con esa visión tan especial que tiene Ricardo, nos permite reflexionar sobre la actualidad, por lo que compartimos la nuestra contigo.
Si miras la imagen, es un signo y símbolo de las cosas mal hechas, un molino derribado, una acequia llena de basura, fruto de la dejadez, de la indiferencia, del olvido, de la ignorancia, de los intereses particulares...
Sin embargo, si le das otro vistazo, la fotografía nos puede trasladar a otro lugar. Para nosotros, es como una embarcación, en el que la rueda de la ventana que abre y cierra los canales del molino, parece un timón, y la visión que nos presenta Ricardo, parece la de una proa de un barco.
Aunando las dos miradas, surge, automáticamente, una reflexión. Por un lado, ¿Qué estamos haciendo con este "supuesto" mar, esa acequia degradada y llena de basura, cómo hemos llegado hasta aquí?. Por otro lado, ¿Adónde dirigimos nuestro rumbo? ¿Qué rumbo queremos ponerle a este "barco" destartalado y lleno de golpes y de heridas y aventuras?
Y es que, en la situación excepcional en la que escribimos este trasfondo, en el que estamos confinados por la propagación del Coronavirus, y en estado de alarma en todo el país, no hay mejor reflexión que la que proponemos.
Parece que, mucha de la responsabilidad que tenemos como comunidad, como tripulación, depende de cada uno de los marineros. Cada marinero tiene su parte de responsabilidad y la suma de responsabilidades, crea un respuesta colectiva ante los diversos fenómenos que se nos presentan.
Está claro que si el reto que se nos presenta delante concierne a nuestra salud y a nuestra supervivencia, es normal que lo prioricemos, pero, ¿Y si no es este tema, lo haríamos?.
Por tanto, tenemos claro hacia adónde queremos ir y cómo vamos a ir hacia ese destino que nos trazamos.
En el caso del dichoso virus, hemos respondido los marineros, hasta el momento, más o menos, a una. Si lo podemos hacer en situaciones críticas, ¿Por qué no lo hacemos en situaciones menos urgentes?
Por este motivo, somos conscientes de que cada marinero tiene su responsabilidad, de que cada marinero, a su manera, sabe cómo y adónde trazar el rumbo. Sabemos también que, para llegar a buen puerto, es necesaria la cooperación de todos, aunque encontremos por el camino, tempestades, temporales y momentos de mar en calma. De tal forma que se hace urgente e importante buscar puntos comunes, desde la libertad y la diversidad de cada uno, para trazar rumbos que nos permitan conseguir nuestros objetivos.
La travesía no será cómoda, ni fácil, pero aprenderemos mucho en ella.
Pensamos que no somos descerebrados, al revés, somos gente sensata cuando nos ponemos y cuando nos esforzamos y tratamos de ponernos de acuerdo.
Ahora es momento de hacer frente al virus y de hacerlo juntos y de forma coordinada. Y lo superaremos. Y una vez que lo superemos, será importante recoger lo que nos ha costado, cómo lo hemos hecho y qué podemos aprender de todo ello.
Con esa clave, quizás podamos emprender otras travesías que nos permiten llegar a otros puertos que nos permitan seguir aprendiendo y creciendo a distintos niveles.
Mucho ánimo. Superaremos esta travesía juntos. Seguimos adelante.
Gracias por leernos.
Ginés Marín Iniesta