Trasfondo n º 104
Hola a todos.
Este trasfondo es un trasfondo especial, un trasfondo que escribe Ginés por el expreso deseo de Ricardo. Esta vez, no es una foto de Ricardo, sino una fotografía que pertenece a Juan Francisco Rosa, Director del CE INF-PRI ESCULTOR GONZÁLEZ MORENO.
No sabemos si retomaremos esta aventura de una forma periódica, pero sí que queremos compartir este hecho con vosotros.
Y es que el pasado vienes 22 de marzo, por la tarde, un grupo de profesores del Escultor González Moreno hicieron una visita guiada por Aljucer con Ginés, el que suscribe estas líneas. Fueron dos horas intensas, haciendo una sencilla ruta por el casco urbano del pueblo, disfrutando juntos de la historia y de todo aquello que el contexto del pueblo ofrece para conocer más a fondo la zona de la Huerta de Murcia y cómo somos los que habitamos en este punto del mapa. Pero te preguntarás, ¿Por qué es tan importante este acontecimiento para nosotros?
Hace unos años, cuando comenzamos a hacer "Trasfondos de Aljucer", no imaginábamos qué iba a ser ni qué repercusión iba a tener dicha iniciativa. Para los dos impulsores del mismo ha significado la posibilidad de conocernos más y de forjar una amistad, pero también un viaje que nos ha posicionado en cómo y de que manera nos posicionamos ante Aljucer y todo lo que significa y es esta comunidad.
Ha sido un descubrimiento ver cómo a nuestros vecinos les ha interesado lo que hemos ido compartiendo y celebramos que hayan hecho suyas algunas visiones que proponemos en este blog.
Lo que es evidente es que cada una de nuestras aportaciones con los trasfondos, ha querido ser una llamada de atención sobre el presente de Aljucer, a veces partiendo del pasado, a veces tratando de soñar un futuro.
Dentro de esta segunda posibilidad, nos dimos cuenta que los cambios que puedan acontecer en Aljucer sólo los podemos protagonizar aquellos que vivimos o ejercemos alguna actividad, del tipo que sea en este lugar. Y en muchas ocasiones, ni será fácil, ni será rápido. Por eso, vemos que es necesaria la implicación de las diferentes generaciones que convivimos en el pueblo, así como de los diversos colectivos que conforman esta comunidad.
Dentro de esta forma de pensar, los colegios de Aljucer son el lugar en el que además de comenzar a socializar, es un espacio único para poder conocer y comprender el contexto en el que se sitúan dichos centros educativos, desde la infancia.
Ese conocimiento, unido a iniciativas que la sociedad aljucereña debe abordar, a la hora de pensar y crear, entre todos, el mejor lugar posible para vivir en paz, armonía, bienestar, con espacio para todos y basándonos en la convivencia y el respeto mutuo. Al fin y al cabo, en el bien común.
Por tanto, creemos que el cambio hacia el Aljucer que queremos, que necesitamos, que soñamos, puede empezar en las generaciones de los que ahora somos jóvenes, adultos y ancianos, y que se tiene que concretar en las generaciones que ahora son la infancia.
Es importante, por tanto, que vayamos definiendo modelos de cómo queremos que sea este pueblo a corto, medio y largo plazo, y ver en qué estamos dispuestos a involucrarnos para conseguir aquello que nos proponemos.
Pero, para llevar adelante esta tarea, es importante que se vaya sembrando semillas de cambio. Semillas que vayan fomentando la progresiva colaboración entre los distintos colectivos del pueblo; semillas que permitan compartir y relacionarnos entre los que formamos esta comunidad; semillas que nos hagan soñar juntos, sin abandonar nuestros sueños particulares, siendo ambos complementarios; semillas de cultura, ciencia, conocimiento, que permitan que vayamos progresando de una forma respetuosa con el entorno; semillas de presente, plantadas con el conocimiento del pasado y con la ilusión de un futuro mejor.
Y sembrar una semilla es lo que hemos hecho al dar un paseo por Aljucer, gracias a la generosidad de los profesores del Escultor, para conocer algo más de lo que configura este pueblo.
Ojalá estas semillas, la semillas de vivir juntos en comunidad de forma respetuosa, buscando el bien común, basándonos en el respeto en el entorno, vayan creciendo, que las vayamos regando entre todos, que las cuidamos y que la hagamos crecer, florecer y dar fruto.
Es una tarea de todos, laboriosa y cotidiana, una tarea que se basa en el compromiso y en la ilusión, una tarea de la que se verán frutos a medio y largo plazo, si así nos lo proponemos. Y lo mejor es que está en tu mano.
¿Te apuntas?
Hasta pronto. Gracias por seguirnos.
Ginés Marín Iniesta