Odnofsart n º 4
Ya son cuatro años los que llevamos trabajando en el proyecto “Trasfondos de Aljucer”. Un proyecto donde expresamos, a través de la palabra y la imagen, la situación de este pueblo, según nuestro punto de vista, evidentemente.
A lo largo de todo este tiempo hemos dedicado nuestra atención a diversos aspectos y con especial esmero a la cultura, al patrimonio, los habitantes, las fiestas y las tradiciones; elementos primordiales para comprender la idiosincrasia de Aljucer.
Cuatro años es un periodo de tiempo suficiente para realizar una valoración sobre los aspectos que han llamado nuestra atención, y en lo que se refiere a este último año, es cierto que algunos han cambiado y mejorado, aunque todavía estamos muy lejos de ser una pedanía en consonancia con la realidad, con muchas carencias y demandas de las personas que aquí habitamos.
A pesar de estas precariedades, hemos comprobado la capacidad de acercamiento de un nutrido grupo de personas interesadas en mejorar diversos aspectos. Se están llevando a cabo distintas acometidas para conseguir un centro cultural, rehabilitar espacios públicos, reavivar tradiciones olvidadas, reconstruir infraestructuras y poner en valor el patrimonio.
Para todo ello hay diversas iniciativas de cambio y las distintas asociaciones del pueblo están dedicando su esfuerzo y su tiempo para conseguirlo, aunque es pronto todavía para ver resultados a todas estas peticiones.
Personalmente considero que nos sigue perjudicando, muy gravemente, el mal endémico de ser una pedanía y continuamos estando a la cola de considerables necesidades fundamentales a pesar de las innumerables peticiones a los organismos competentes a través de la Junta Vecinal.
Se están enquistando problemas del día a día, y muchos de ellos no se enmiendan, puesto que la “maquinaria” para tramitarlos, el llamado “cauce reglamentario”, exaspera a cualquiera y la mayoría de las veces obtenemos un “silencio por respuesta” o “no hay presupuesto para ello".
Por poner sólo unos ejemplos, las comunicaciones con la ciudad están cada vez en peor estado, con una carretera general en infame estado de conservación, unos caminos de acceso a la ciudad sin aceras, los medios de transporte públicos siguen siendo insuficientes y costosos, las escasas infraestructuras están muy abandonadas, los servicios de mantenimiento siguen siendo escasos y la falta de seguridad ciudadana es evidente.
Puede parecer el mismo discurso de un año tras otro, pero tristemente es una realidad palpable el que crecemos y mejoramos a un “ritmo imperceptible” y las justificaciones de crisis y falta de presupuestos ya es algo habitual en el conocido “discurso de los políticos”.
Murcia sigue creciendo hacia la misma dirección, cada vez más alejada de donde nos encontramos nosotros, aunque seguimos siendo “fieles” a nuestras obligaciones tributarias como el que más sin obtener nada a cambio.
Aljucer no parece contar para nadie y la sensación como vecino de esta pedanía es que está abocada a un abandono absoluto por parte de nuestros “responsables en la ciudad”.
No hay más que ver las diferencias estructurales y de servicios entre zonas de la ciudad y por tanto la clara frontera que nos separa.
Tal vez sea un problema de comunicación o tal vez sea una especie de “castigo” impuesto por “quien o que sabe qué”.
Lo que está claro es que en Aljucer hay mucha gente con inquietudes, amante de su pueblo, de su historia, de sus costumbres, de su patrimonio y que están viendo como su espacio se está viniendo abajo sin poder remediarlo y es algo que no se merecen en absoluto.
Todos sabemos que, para que exista comunicación hacen falta varios elementos y, lo que está claro, es que el canal y el emisor están continuamente trabajando en ello.
Pero… ¿y el receptor? ¿Hay algún receptor?
No. Parece que no hay nadie.
Ricardo López Rubio