Trasfondo n º 70:
Imagen del Demonio "a los pies" de San Miguel, en la Ermita de la Torre Poyo de Aljucer
Con la llegada del verano, nos hemos permitido reflexionar un poco más.
Hemos mirado a nuestro alrededor, en Aljucer, y hay cosas que nos encantan y cosas que no nos gustan nada.
Y, sin embargo, detectamos cierta indiferencia tanto para lo bueno como para lo malo. Nos explicamos.
Empecemos por la imagen, que nos puede introducir en lo que hoy queremos compartir contigo.
En la Ermita de la Torre Poyo, hay una imagen bastante grande de San Miguel, un arcángel que está sometiendo al Demonio, poniéndolo bajo sus pies. La imagen que nos traslada es contundente.
Ricardo le hizo muchas fotos, pero os presentamos ésta que es la que nos introduce en el “conflicto”, y es que el arcángel está luchando contra el mal y lo está sometiendo. Es decir, que hay una intención de solucionar un problema y que se ha puesto manos a la obra para conseguirlo.
Los claroscuros que ha conseguido Ricardo en esta fotografía le dan más relieve y subraya la imagen, casi como de un cuadro se tratara.
Pues partiendo del San Miguel y de su iniciativa, queremos reflexionar hoy sobre la indiferencia, de la apatía de, nosotros, los aljucereños.
Es posible que en la generalización estemos errando, pero creemos es interesante abordar este tema.
Nos queremos centrar en los jóvenes.
En las últimas semanas, con la llegada del verano y el fin de las clases, es más habitual ver a la gente joven por las calles. Es buena y agradable la presencia de los jóvenes en nuestra comunidad. Aportan ganas de vivir, alegría, diversión, empuje, cambio…, en fin, aportan frescura, indispensable.
Pero, sin embargo, la percepción general, a poco que se profundice en el tema, es negativa con respecto a este colectivo.
Parece que, en su deambular por las calles del pueblo, más que personas fueran como el caballo de Atila, que arrasan y van dejando rastros de prejuicios y miradas de incomprensión.
A veces, ocurren cosas, relacionadas con desperfectos en el mobiliario urbano, con enfrentamientos entre algunos de estos jóvenes y personas más mayores, que hacen que crezca, en la población más adulta, esta imagen distorsionada que condena y “pone bajo a sus pies” a los jóvenes aljucereños.
Sin duda, es un tema complicado y difícil de solucionar. Hay algo que, como comunidad, no estamos haciendo bien.
Para nosotros hay varios puntos importantes que podrían ayudarnos a reflexionar y cambiar, si así lo vemos necesario, nuestra forma de convivir.
- Prejuicios: Quizás éste sea el tema clave. La imagen que tenemos de distintos colectivos que conforman la población del pueblo, hacen que, directamente, condenemos o no queramos ver la realidad de sus vivencias y de su forma de pensar y opinar. De esta forma, “sometemos” a los jóvenes, a ejercer un papel que, si estuviera en su mano cambiar o en el que poder tomar decisiones sobre ello, tal vez, sería de forma diferente.
- Recursos: este rol que, como comunidad, le otorgamos, se concreta en una falta de recursos, de oportunidades, de ofertas que no hacemos a nuestros jóvenes. Recursos que no hemos podido disfrutar durante generaciones y que nos han hecho buscarnos formas de seguir adelante, sin pensar, siquiera, que en Aljucer, era posible hacerlo y que han extendido una visión negativa sobre el pueblo que, al final, es una visión negativa hacia lo que nos rodean y los que nos rodean.
Y entonces, de nuevo, es cuando nos encontramos con los prejuicios, y ya estamos en el lugar en el que antes comentábamos.
Los recursos a los que nos referimos pueden ser de muchos tipos, tanto materiales como inmateriales, tanto de ocio, como de empleo o de formación. Pueden ser, incluso, los que los propios jóvenes soliciten o crean necesarios.
Lo que está claro es que la inexistencia de estos recursos es la concreción de que algo no estamos haciendo bien.
- Compromiso: Pero es que, para complicar un poco más la situación, esta situación, sólo se soluciona si hay un compromiso firme de los jóvenes por participar y hacerse presente en la vida del pueblo, así como un compromiso de las autoridades y de todos los que formamos la sociedad aljucereña.
Está claro que es necesario que todos nos movamos, y eso sólo se hace hablando mucho, conociéndonos, tratando de llegar a acuerdos, sin poner a nadie a los pies de nadie. Para ello, todos nos tenemos que situar al mismo nivel y buscar puntos de encuentro y de solución.
Aunque es bella la imagen de San Miguel, y el mensaje que nos transmite, contra el Mal en todas sus formas, es interesante, nuestra opinión es que es mucho mejor dejar de juzgarnos y de condenarnos entre nosotros y buscar puntos de encuentro, a todos los niveles, en los que seamos capaces de vernos, dialogar, tratar de contemplar y analizar nuestra propia realidad como comunidad, tomar decisiones juntos y cambiar nuestra realidad hacia algo mejor, pues parece que no estamos muy satisfechos con lo que tenemos. Y no sólo para el tema de los jóvenes...
Para ello, todos somos necesarios, y precisamos de iniciativa, ganas, ilusión y compromiso para crear algo que sea nuevo, construirlo entre todos, si es que queremos. Y nos encantaría que así fuera.
Mientras tanto, sobrevivimos…
Ésta es nuestra humilde opinión, nos gustaría conocer la tuya. Y dialogar sobre ella.
Gracias por seguirnos.
Hemos mirado a nuestro alrededor, en Aljucer, y hay cosas que nos encantan y cosas que no nos gustan nada.
Y, sin embargo, detectamos cierta indiferencia tanto para lo bueno como para lo malo. Nos explicamos.
Empecemos por la imagen, que nos puede introducir en lo que hoy queremos compartir contigo.
En la Ermita de la Torre Poyo, hay una imagen bastante grande de San Miguel, un arcángel que está sometiendo al Demonio, poniéndolo bajo sus pies. La imagen que nos traslada es contundente.
Ricardo le hizo muchas fotos, pero os presentamos ésta que es la que nos introduce en el “conflicto”, y es que el arcángel está luchando contra el mal y lo está sometiendo. Es decir, que hay una intención de solucionar un problema y que se ha puesto manos a la obra para conseguirlo.
Los claroscuros que ha conseguido Ricardo en esta fotografía le dan más relieve y subraya la imagen, casi como de un cuadro se tratara.
Pues partiendo del San Miguel y de su iniciativa, queremos reflexionar hoy sobre la indiferencia, de la apatía de, nosotros, los aljucereños.
Es posible que en la generalización estemos errando, pero creemos es interesante abordar este tema.
Nos queremos centrar en los jóvenes.
En las últimas semanas, con la llegada del verano y el fin de las clases, es más habitual ver a la gente joven por las calles. Es buena y agradable la presencia de los jóvenes en nuestra comunidad. Aportan ganas de vivir, alegría, diversión, empuje, cambio…, en fin, aportan frescura, indispensable.
Pero, sin embargo, la percepción general, a poco que se profundice en el tema, es negativa con respecto a este colectivo.
Parece que, en su deambular por las calles del pueblo, más que personas fueran como el caballo de Atila, que arrasan y van dejando rastros de prejuicios y miradas de incomprensión.
A veces, ocurren cosas, relacionadas con desperfectos en el mobiliario urbano, con enfrentamientos entre algunos de estos jóvenes y personas más mayores, que hacen que crezca, en la población más adulta, esta imagen distorsionada que condena y “pone bajo a sus pies” a los jóvenes aljucereños.
Sin duda, es un tema complicado y difícil de solucionar. Hay algo que, como comunidad, no estamos haciendo bien.
Para nosotros hay varios puntos importantes que podrían ayudarnos a reflexionar y cambiar, si así lo vemos necesario, nuestra forma de convivir.
- Prejuicios: Quizás éste sea el tema clave. La imagen que tenemos de distintos colectivos que conforman la población del pueblo, hacen que, directamente, condenemos o no queramos ver la realidad de sus vivencias y de su forma de pensar y opinar. De esta forma, “sometemos” a los jóvenes, a ejercer un papel que, si estuviera en su mano cambiar o en el que poder tomar decisiones sobre ello, tal vez, sería de forma diferente.
- Recursos: este rol que, como comunidad, le otorgamos, se concreta en una falta de recursos, de oportunidades, de ofertas que no hacemos a nuestros jóvenes. Recursos que no hemos podido disfrutar durante generaciones y que nos han hecho buscarnos formas de seguir adelante, sin pensar, siquiera, que en Aljucer, era posible hacerlo y que han extendido una visión negativa sobre el pueblo que, al final, es una visión negativa hacia lo que nos rodean y los que nos rodean.
Y entonces, de nuevo, es cuando nos encontramos con los prejuicios, y ya estamos en el lugar en el que antes comentábamos.
Los recursos a los que nos referimos pueden ser de muchos tipos, tanto materiales como inmateriales, tanto de ocio, como de empleo o de formación. Pueden ser, incluso, los que los propios jóvenes soliciten o crean necesarios.
Lo que está claro es que la inexistencia de estos recursos es la concreción de que algo no estamos haciendo bien.
- Compromiso: Pero es que, para complicar un poco más la situación, esta situación, sólo se soluciona si hay un compromiso firme de los jóvenes por participar y hacerse presente en la vida del pueblo, así como un compromiso de las autoridades y de todos los que formamos la sociedad aljucereña.
Está claro que es necesario que todos nos movamos, y eso sólo se hace hablando mucho, conociéndonos, tratando de llegar a acuerdos, sin poner a nadie a los pies de nadie. Para ello, todos nos tenemos que situar al mismo nivel y buscar puntos de encuentro y de solución.
Aunque es bella la imagen de San Miguel, y el mensaje que nos transmite, contra el Mal en todas sus formas, es interesante, nuestra opinión es que es mucho mejor dejar de juzgarnos y de condenarnos entre nosotros y buscar puntos de encuentro, a todos los niveles, en los que seamos capaces de vernos, dialogar, tratar de contemplar y analizar nuestra propia realidad como comunidad, tomar decisiones juntos y cambiar nuestra realidad hacia algo mejor, pues parece que no estamos muy satisfechos con lo que tenemos. Y no sólo para el tema de los jóvenes...
Para ello, todos somos necesarios, y precisamos de iniciativa, ganas, ilusión y compromiso para crear algo que sea nuevo, construirlo entre todos, si es que queremos. Y nos encantaría que así fuera.
Mientras tanto, sobrevivimos…
Ésta es nuestra humilde opinión, nos gustaría conocer la tuya. Y dialogar sobre ella.
Gracias por seguirnos.
Ginés Marín Iniesta