Trasfondos de Aljucer
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lunes, 27 de enero de 2014

La morera centenaria del Pantano

Trasfondo n º 2

Morera del Pantano en invierno

Tenemos en Aljucer varios árboles, testigos del paso de tiempo, que han sobrevivido de forma silenciosa. Son seres vivos que fueron plantados por alguna razón y que siguen ahí aunque su función desapareció, incluso el entorno en el que están ha sido muy modificado. 

En este caso os queremos hablar de una morera. Una morera situada en la Calle Libertad, en la zona más céntrica de Aljucer. Una morera en invierno, sin sus hojas, esperando la primavera que brote en sus ramas.

Este árbol, aliado desde hace muchos siglos del murciano y de su subsistencia, fue huésped prolijo en las tierras aljucereñas y huertanas en general. La razón, la industria de la seda, en la que Murcia y su huerta asentó durante varios siglos su economía.

Los gusanos de seda y su cuidado forman parte de la vida y las costumbres y tradiciones de los murcianos, las moreras, parte de su paisaje. 

Aljucer, como lugar situado en esta área, ha sido partícipe de esta forma de ganarse la vida y con la cual muchas generaciones han ido viviendo y quedándose a vivir en este lugar, en esta zona.

Para subrayar la importancia de esta actividad económica queremos compartir una noticia del siglo XIX con vosotros. Existía un Centro Sericícola en donde poder acudir y cuidar los aspectos del cultivo del gusano de seda: 

El Diario de Murcia. 20 de abril de 1883, página 3:


“El Centro Serícicola de Aljucer, ofrece a los labradores gusanos de seda. Recordados de la una y de las dos, de las mejores razas, saneadas y examinadas; á la venta o al partido.- Depósito, frente á la iglesia de dicho pueblo”.

De esta forma podemos entender qué importante es mantener y cuidar esta morera como superviviente de una época que ya pasó y en la que, quizás, esta morera estaba ya viva. 

Pero también queremos llamar la atención sobre el entorno en el que se encuentra. 

Los aljucereños llamamos popularmente esta zona como "El Pantano", aunque ahora se llame Calle Libertad y el jardín también tenga un nombre que no ha arraigado mucho. 

Y es que en el bajo este jardín, hay un ensanchamiento de la Acequia Mayor de Barreras o Alquibla. Un lugar de distribución de aguas en donde podemos encontrar las ruinas del Molino de Oliver y la toma de aguas de la Acequia Alquibla Madre y la Aljorabía. 

Para los aljucereños, un lugar donde pescar, donde bañarse, donde celebrar las fiestas (se hacían cucañas acuáticas), donde lavar la ropa..., en fin, un lugar donde el agua hacía de punto de encuentro de las gentes del pueblo. 

Este lugar se cimbró a principios de los ochenta, siendo difícil entender el sentido de este lugar durante siglos. 

Por tanto, os animamos a acercaros a este lugar, observar la morera y el entorno y preguntar a los mayores sobre "El Pantano", el molino, las acequias, los gusanos de seda...

Tenemos un pasado que se marcha silencioso y un presente que aún guarda alguna huella del pasado, como este viejo árbol, al que queremos rendirle homenaje.

Agradecemos su asesoramiento a Tomás García Martínez y a Antonio Ignacio López Micol.

Ginés Marín Iniesta 

 
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