Trasfondos de Aljucer
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domingo, 8 de marzo de 2015

¡Y un pito!

Trasfondo n º 55:

Una máscara tocando un pito de caña en Aljucer 


Queremos hablaros de un pito. Sí, de un pito. 

Un pito que es signo y símbolo de toda una tradición que estamos a punto de olvidar en Aljucer. Una forma de aunar un gran número de voces, de recuerdos, de vivencias que van camino de desaparecer y que queremos hacer presentes con este trasfondo. 

Estamos hablando de un pito de Carnaval. Un pito hecho de caña y papel de fumar.

Aunque el Carnaval se va alejando y estamos inmersos en plena Cuaresma, no nos podíamos resistir. 

Ricardo ha captado con su cámara una bella fotografía, luminosa, intrigante, de una máscara tocando el pito. Gracias a la "máscara" por pitar para nosotros. 

Permitirme dedicarle este trasfondo a Ricardo, ya que el día en que publicamos este trasfondo es un día especial para él. 

Y tenemos la posibilidad, gracias a todo esto, de compartir con vosotros lo que vivimos el Martes de Carnaval en el Casino de Aljucer, en la charla que PatrimoniAljucer organizó y que el escribiente tuvo el gusto de compartir con un quincena de personas y que trataba sobre el Carnaval Tradicional de Aljucer. 

Todo lo que digamos hoy aquí, es la forma de unir tantas voces que nos contaron algo sobre el Carnaval y que nos ayudaron a retener, por medio de sus anécdotas, cómo era una fiesta popular en Aljucer en los últimos 80 años aproximadamente. 

Volvamos al pito. Ese lo hizo Paco Martínez "El Quito". Habló de él. Un día hizo uno y nos lo regaló. Nos dijo cómo se hacía y cómo se tocaba. En su familia, su tío Antonio "El Quito" era una persona que gustaba de estas fiestas.

Aunque este interés por esta fiesta nació mucho antes. 

Mi padre, Ginés Marín Martínez, participó, alguna vez, en las fiestas de Carnaval. Nos habló de las murgas, de cómo esos grupos de personas salían por las calles los días de Carnaval, del Domingo al Martes de Carnaval y el Domingo de Piñata, cantando canciones que inventaban, tanto la letra como la música, así como la puesta en escena.

Entonces nos contó que usaban instrumentos musicales y cosas para hacer ruido. Y que habían algunas personas que eran buenos haciendo letras o música. 

De hecho, nos cantó, en alguna ocasión, un trozo de alguna de aquellas canciones de las que se acordaba con cierta nostalgia y cariño. 

Nos habló de cómo tocaban el pito y lo divertido que era. Toda esta información nos llamó la atención ya que el Carnaval que vivimos ahora no tenía nada que ver con ese Carnaval. 

También nos habló de las máscaras. De esas personas que se tapaban la cara con tela o que se pintaban la cara con azulete y que se vestían de forma estrafalaria con ropas viejas. De cómo salían sin orden y concierto y hablaban con voz impostada preguntando, "¿A qué no me conoces?". 

Por último, nos contó que había comparsas. Grupos de gente que, vestido de una forma más elegante, salían en grupo, y que cantaban y bailaban, letras y músicas invetadas por ellos, de una manera más uniformada que en las murgas. Era una forma más "finolis" de participar en el Carnaval. 

Saber más sobre los carnavales fue apasionante, fue como seguir el mapa del tesoro. Una persona te llevaba a otra y cada uno te ofrecía un trocico de información que permitía tener una imagen más clara de cómo era esta fiesta. 

De esta forma Isabel "del Martín" nos contó lo que le gustaba participar en obras de teatro y en las comparsas que se organizaban en el pueblo. 

Tomás Amante "El Morretes", músico reconocido de la zona durante el siglo XX, era uno de aquellos que hacía composiciones musicales junto con letristas como Ramón Barqueros, ambos del Rincón de Maurillos. Gracias a su hijo Tomás, que conserva alguno de los papeles que imprimían y vendían los días de Carnaval, con el objeto, bien de costarse la fiesta, bien para echar una mano a alguna causa que lo necesitase, conocimos otro aspecto más, además, con datos que nos llevaban más allá de la Guerra Civil. De hecho, el propio Tomás aún recuerda cómo se cantaban esas composiciones. 

En el mismo sentido, la familia Maiquez, Antonio y Loli, nietos de Isabel, conocido por "la Casquija", nos hicieron llegar fotos de su abuela disfrazada en una murga. Era un paso significativo en la búsqueda de información sobre esta fiesta y su forma tradicional de celebrarse en Aljucer. Imágenes. Éstas tienen su valor ya que, después de la Guerra Civil, el Carnaval se prohibió, por lo que tener testimonios gráficos de éste le dan un valor histórico, documentando una realidad que, en principio, estaba prohibida. 

Gracias a Loli y Antonio Maiquez conocimos a Isabel, su abuela, una verdadera enamorada del Carnaval, que vivía intensamente de la forma acostumbrada esta fiesta, bien participando en murgas, bien como máscara. 

Con Isabel, en algunas fotos, aparecía Blas Noguera, conocido por "El Escobero". Blas es un aficionado a participar en el carnaval y todo lo que nos contó y las fotos que nos dejó nos sirvieron para ver que aún este forma tradicional, creativa y libre de vivir los carnavales aún no está muerta, ya que él, siempre que puede, sigue disfrazándose. 

También Jesualdo Zaragoza nos contó algunas de sus vivencias recuerdos de esta festividad. Nos habló de Pepe "el Pablos" y de su facilidad para ser letrista de canciones de carnaval y de otras formas de escribir, como poemas o relatos. 

De este modo, y gracias a la voz y los recuerdos de todos, hemos podido saber cómo era el Carnaval y cuál era su repercusión social en el pueblo. 

El encuentro de Martes de Carnaval, en el  Casino de Aljucer, hizo aflorar muchas vivencias de personas de distintas generaciones que habían vivido este "Carnaval Tradicional". Vivencias agradables y divertidas. Y con cierta nostalgia. 

Era una forma de celebrar esta fiesta accesible, fácil, barata, buena, divertida, creativa, insólita e incluso incisiva. Una oportunidad para socializar, una forma de tener espacio de encuentro entre los vecinos. Una forma de cuidar nuestras tradiciones, nuestras raíces. 

Está en nuestra mano, recuperarla es fácil. 

Que el año que viene alguien se vista de máscara o monte una murga o comparsa, con canción incluida. 

¿Quién se atreve?

Mientras tanto, si tenéis algo que compartir sobre esta fiesta, vivencias, fotos, anécdotas, nos ofrecemos a recogerlas, compartirlas y ponerlas en valor. 

Gracias a todos los que hacen posible que no olvidemos quiénes y cómo fuimos. 

Gracias por seguirnos.


Ginés Marín Iniesta 

 
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